Tuesday, January 29, 2008

QUE EN GLORIA ESTÉ


Mea culpa.
Se que ha pasado mucho tiempo desde que no actualizo este blog mío pero es que todo ese tiempo ha transcurrido lleno de cosas y de experiencias, unas más buenas, otras más difíciles, que de una manera u otra me han mantenido en un estado de semiletargo bloggeristico sin precedentes. Y es que ha sido un final de año difícil, siento que ha sido un final de año lleno de pérdidas de alguna manera,, para mi y cuantos me rodean.
Entre todas esas experiencias, la más destacable para este blog de foto, aunque suene a excusa, ha sido el irremediable fallecimiento de mi querida Nikon D70, que en paz descanse, el pasado mes de diciembre. Una pérdida irremplazable.

Mientras agonizaba con el signo de error en su pantalla, la llevé a Finicon, con la esperanza de que pudieran salvar su vida. Pero fue inútil. Así me la devolvieron. Envuelta en un frío y pegajoso plástico como recien salida del tanatorio. "Puedes venderla para piezas" me dice el chico gordo del mostrador....y en ese momento, mientras yo sujeto el cadáver plastificado entre mis manos me siento como un niño que sujeta el cuerpo sin vida de su pez, o de su pájaro, sintiendo la profunda incompresion de sus mayores que pretender que su compañero de fatigas acabe en la taza del váter.
Por eso, como todo gran héroe que ha viajado lejos, y ha librado en tantas batallas, mi pequeña D70 merecía un digno homenaje. Y así la he enterrado en un pequeño tiesto en la ventana, donde el sol más calienta por las mañanas( junto al hueco en el que mi gata Frida se sienta a retozar a partir de las 11 y a gruñirle a las palomas, junto a los tréboles de cuatro hojas y al geranio granadino) para que de sus frutos, porque si tu vida se ha basado en dejar huella, en constatar las cosas importantes, las cosas importantes también te marcan inevitablemente, y la huella que te dejan germinará más tarde o más temprano.

Y mientras crecen los frutos nikonistas, he tenido que conseguirme otra nueva compañera de carreras. No ha sido fácil la elección, hay que dar con la horma de tu zapato. buscar tu complemento. Y la encontré. A partir de ahora la gran EOS 5D me aydará a ver las cosas de otro modo. Estoy segura que estará al menos a la altura de su predecesora.

Y como siempre pasa cuando llega una despedida, ahora me encuentro con un montón de fotos que resumirían muchos momentos compartidos con las que no se muy bien que hacer, momentos buenos y malos, decepciones, fiestas, nacimientos, fracasos,viajes y esperanzas. Así que he decidido guardarlos todos para mi y empezar de cero. Todos menos uno.
El último día en que mi Nikon, que en gloria esté,como si ya supiera lo que la esperaba, pasó una tarde conmigo en el Paraiso, ese lugar desde donde puedo mirar lo mejor de mi vida al otro lado del objetivo.