Turquia es un pais dulce, igual que sus tés. Igual que el tabaco para narguile....
Al día siguiente de pisar suelo turco, ya nos dimos cuenta de que en Turquia no existe el concepto de desconfianza. La gente es amable con los desconocidos por el puro placer que encuentra en el trato humano, en la amabilidad y en la dulzura...
En Rumeli Kahvesi, instalado en el jardín del cementerio de la antigua medrasa de Atikalipaça Camii, tomamos un te y fumamos un narguile.Mientras Victor hace un dibujo yo tomo algunas fotos. Le pido al hombre que está junto a nosotros permiso para fotografiarle. Lleva horas fumando solo y observandolo todo. Es un turco recio, serio, y posa para mi orgulloso. Luego le pide a Victor que le haga un dibujo. Cuando vamos a irnos del lugar, el camarero nos avisa de que él ha pagado todo lo que hemos consumido. Ni siquiera supimos como darle las gracias...
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