Loureiro es un lugar olvidado. Durante años ha sufrido el abandono y las duras condiciones meteorológicas que le azotan incesantemente en silencio. Ha sobrevivido al fuego, y al dolor. pero, en contra de lo que cabría pensar, recorrerlo, redescubrir sus calles y rincones es toda una sorpresa....La vida es un milagro, como dice Kusturika y Loureiro es la viva muestra de ello.Cuando el hombre-destructor se aleja, la naturaleza ocupa su lugar y se despliega en todo su esplendor.
Hace poco lei una noticia en la que se comentaba cómo la zona abandonada por la explosión de Chernobil se habia convertido en hogar de especies protegidas. En el generador nº2 que sufrio la explosión anidan ahora pájaros de diversas especies... parece mentira pero a veces es bueno dejar hacer a la naturaleza, dejarla en paz.
Es entonces cuando lo artificial se vuelve natural,cuando la hiedra serpentea como un animal hasta en los lugares más insólitos y cuando hombres no destructores cómo nosotros pueden disfrutar de estos pequeños subterfugios en los que uno siente una mezcla de la emoción que debió sentir el arqueólogo que entró por primera vez en la pirámide y la de Eva descubriendo el Edén...
A veces Loureiro es fría y húmeda como una selva, algo mágico, parece un refugio de Hadas o las ruinas donde se esconde Balú.
Sin embargo, al amanecer, la niebla se posa en el rio muy lenta y los restos de paredes que se erigen se vuelven rojas y amarillas... en ese momento parece que toda la aldea ardiera por un momento.
Ahora que Loureiro vuelve a ser propiedad del hombre, la familia que va a disfrutar del lugar me llamó para que retratara y guardara en el recuerdo, el esplendor de la naturaleza que habita en sus casas antes de que vuelvan a estar habitadas por hombres. Un trabajo hecho a mi medida. Ha sido un privilegio para mi disfrutar de esta experiencia, a pesar de las duras condiciones meteorológicas, el intenso frio, el granizo y la lluvia que nos trajo el temporal. Creo que todo ello también formó parte de esta exhibición que hizo de si misma la naturaleza poderosa e impúdica que dejaba claro que es más grande que nosotros. Gracias a Fernando, Eva, Pablo y Alejandra por mostrárnosla.
