SONRISAS DE CHOCOLATE
Recreo un breve paseo por Selçuk. Estas son sus gentes. Viven y trabajan en la calle, miran, pasean, conversan en la calle,siempre al aire libre. La casa es solo un lugar para dormir. No nacimos para estar encerrados.
Las recias mujeres curtidas por el tiempo, sentadas siempre en la puerta de sus casas, saludan a mi paso.

Las adolescentes que cuchichean sentadas en las aceras. Cuando les hago fotos puedo sentir su poder y su fragilidad cual "virgenes suicidas". se exhiben pudorosas y desafiantes a la vez.

Los hombres que cuidan y decoran sus pequeños negocios con primor, como este pescadero del mercado, enmarcado por una enorme aleta de tiburón que ha colgado orgulloso de su estabecimiento. Ellos siempre están algo aburridos, deseosos de corversación o de echarse un baggamon con el primero que pase.

Y los niños, esperando a la vuelta de la esquina con una serpiente de mentirijillas para asustar a la gente o mostrando amplias sonrisas... de chocolate.

Todos ellos son increibles. Este es el primer lugar en el que he estado donde la gente me da las gracias por hacerle una foto y no al revés. Para ellos posar para mi es un privilegio, les hace sentirse especiales... No saben que siempre lo han sido.

DORMIR, TAL VEZ SOÑAR...
llegamos a Selçuk a las 6 de la mañana después de casi 10 horas de autobús, exhaustos. Pero Jimmy y sus chicos nos acogieron como si se tratase de nuestra propia familia... En esos momentos, aquella cama limpia, la ducha de agua caliente y el copioso desayuno turco nos hizo sentirnos como si estuvieramos en el Ritz. Nadie diria que estabamos en una pensión.... y con razón porque esa noche ni siquiera nos la cobraron.
Gracias a Jimmy's Place por su hospitalidad. Fue el sueño más reparador de nuestra vida.

MI PEQUEÑO PARAISO
Selçuk, un pueblecito a 3 Km de las ruinas de la mítica ciudad de Éfeso es el hogar de cientos de cigueñas, que salpican los tejados con sus nidos y sus siluetas, y de un montón de gente maravillosa. Ahora también es un poco nuestro pequeño paraiso: su sencillez y la extrema bondad de sus habitantes nos han robado el corazón. Quisiera pensar que este subterfugio mantendrá siempre una filosofía de vida basada en que cuanto más das, más recibes. Me pregunto si es fruto quizá de su legado historico, de todo cuanto aprendieron de las diferentes culturas que pasaron por sus tierras, como si fuera una sociedad aparentemente más atrasada, pero en el fondo infinitamente más madura que la nuestra.
Mi experiencia en este lugar mágico se merece más que una entrada. Mis próximas entradas estarán dedicadas a sus gentes y sus paisajes..Aún se me pone nudo en la garganta ...Hay tanas fotos que reflejan tantas historias que podría hacer un blog solo con ellas.

COMO EN CASA
La primera vez que entre en una mezquita fue una sensación extraña... me sentí como en mi propio hogar. No es que tenga intención de convertirme al islamismo, pero es bueno el aporte de lo mejor de cada experiencia y si que creo que los cristianos deberíamos aprender mucho de estos lugares a la hora de buscar sitios que inviten a la oración y a la reflexión.
Las iglesias son siempre oscuras, frías e incómodas.El componente de "temor de Dios" está siempre presente...Se nos inculca que Dios es un padre que nos ama en un lugar tenebroso, rodeados de imágenes de hombres torturados por su causa.... Creo que es una mala e incongruente idea.
Las mezquitas son luminosas y alegres. Andar descalzo sobre miles de alfombras colocadas una junto a otra y sentarse en el suelo no es solo un simbolo de respeto, aporta comododad y frescura, te ayuda a sentirte como en casa. Creo que asi es más fácil comunicarse con Dios, con naturalidad.


Hasta el hombre que cuida de los zapatos se parece a algún personaje de cuento de nuestra infancia.

DULCE COMO UN LOKUM

Turquia es un pais dulce, igual que sus tés. Igual que el tabaco para narguile....
Al día siguiente de pisar suelo turco, ya nos dimos cuenta de que en Turquia no existe el concepto de desconfianza. La gente es amable con los desconocidos por el puro placer que encuentra en el trato humano, en la amabilidad y en la dulzura...
En Rumeli Kahvesi, instalado en el jardín del cementerio de la antigua medrasa de Atikalipaça Camii, tomamos un te y fumamos un narguile.Mientras Victor hace un dibujo yo tomo algunas fotos. Le pido al hombre que está junto a nosotros permiso para fotografiarle. Lleva horas fumando solo y observandolo todo. Es un turco recio, serio, y posa para mi orgulloso. Luego le pide a Victor que le haga un dibujo. Cuando vamos a irnos del lugar, el camarero nos avisa de que él ha pagado todo lo que hemos consumido. Ni siquiera supimos como darle las gracias...

ORIENTE MUY PRÓXIMO
de vuelta al hogar saboreo las fotos de mi viaje, cual delicias Turcas, intentando paladear el recuerdo de lo vivido... Compartirlo con vosotros es todo un privilegio... es mi manera de revivir sensaciones, olores y esa increible luz que baña el Bósforo....como si todo lo que ves estuviera ligeramente lavado...
Intentaré regalaros mis reflexiones e imágenes de lo vivido poco a poco, en pequeñas pildoras, para que yo tambien pueda asimilarlo mejor.